En la isla japonesa de Okinawa los pobladores rezan un mantra muy tradicional antes de consumir algún alimento, el Hara Hachi Bu, que significa “estómago lleno 8 veces de 10”.
Lo que se traduce en comer hasta llegar a un 80% de la saciedad. Esta tradición milenaria ahora es respaldada en la ciencia.
Investigadores de la HSPH (Escuela de Salud Pública de Harvard) han identificado en ratones un mecanismo molecular que puede ayudar a explicar por qué comer menos prolonga la vida.
El estómago tarda alrededor de unos 20 minutos en enviarle señales al cerebro que de está lleno, por tanto, dejar de comer antes, no es quedarse con hambre, sino darle el tiempo necesario al organismo para que procese los alimentos y envíe esa información.
De esta manera se evita la ingesta de calorías extras, pero sobre todo de tener aquella sensación desagradable de estar atiborrados o repletos de comer en exceso, hasta llegar al punto de caer en un sillón debido a la pesadez.
Asimismo se ha comprobado que cuando se restringe en la dieta la presencia de dos aminoácidos (metionina y cisteina), incrementa la producción del sulfuro de hidrógeno (H2S), aumenta la protección frente a daños oxidativos, prolongando la existencia.
Este control alimenticio se basa en comer adecuadamente. Mucha gente no tiene idea cuando están llenos al 80% o al 100%, y esto es gracias a que están desconectados del cuerpo. Las señales llegan a través del sistema nervioso y mensajeros químicos que la transmiten y, esto depende de la capacidad de relajación a la hora de comer.
Hacerlo de manera tranquila y dedicar el tiempo justo para poder disfrutar cada alimento es lo ideal. Incluso es necesario poner especial atención en que los alimentos sean saludables para obtener resultados positivos al organismo. Al no comer todo el alimento ayuda a mantener un peso estable. Cuando se ingieren menos calorías, se reduce entre 300 y 500 Kcal al día.
También facilita la digestión, previene enfermedades, retarda el envejecimiento y lo más importante se gana salud. Por ello, no dejemos que el Hara Hachi Bu se pierda, valoremos nuestra vida y llevemos un estilo adecuado de alimentación.
Fuente: sportadictos.com