En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes. En la Argentina el porcentaje de personas con Diabetes según la encuesta nacional de Factores de riesgo alcanza el 9% de la población, y sabemos que existe una fuerte correlación entre obesidad y riesgo de diabetes.
Hace varias décadas contamos con la posibilidad de optar por endulzantes no calóricos ante la presencia de diabetes o bien para aquellas personas que presentan sobrepeso. Mucho se ha dicho, hoy me gustaría compartir con ustedes los datos revelados por investigaciones serias.
Los estudios sobre inocuidad (incapacidad para hacer daño) de los aditivos alimentarios son más exigentes y conservadores incluso que los que se realizan antes de autorizar medicamentos, ya que cuando hablamos de un nuevo ingrediente para consumo alimentario, la exposición es para TODA LA POBLACIÓN a diferencia de un medicamento que es sólo para una población específica y llega a la población una vez que ha pasado con éxito, distintos protocolos donde se analiza la toxicidad y seguridad alimentaria.
La Dra Magnuson, especialista en Toxicología, nos refiere en sus publicaciones, que “los estudios toxicológicos se realizan en primer lugar en animales, con el fin de determinar el nivel de seguridad, tomando en cuenta altas dosis y si aparecen efectos adversos. Luego, se debe confirmar si los resultados de estos estudios son aplicables a los seres humanos, estableciendo si las personas metabolizan el nuevo ingrediente de la misma forma que los animales analizados. Recién después de pasar este análisis, se puede confiar en que los estudios en animales son válidos para realizar las evaluaciones en la población humana”.
La especialista resalta que finalmente se fija una dosis 100 veces menor a la testeada en animales como segura para luego ser utilizada en humanos. A ese número se lo define como la Ingesta Diaria Aceptable, o sea, la cantidad del producto que todos los consumidores pueden ingerir de forma segura por día durante toda su vida”
Las guías de seguridad han sido elaboradas por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives (JECFA), organismo internacional e independiente y han sido adoptados por muchos países.Los edulcorantes (el Aspartame y la estevia entre otros) han sido aprobados por las autoridades regulatorias de Europa, EEUU, Canadá, Australia y en la Argentina, y pueden ser utilizados por toda la población siendo también seguros en mujeres embarazadas, niños y personas mayores.
Existe suficiente evidencia presentada por la Dra Bernadene Magnuson y otros autores, que destacan la existencia de estudios a largo plazo (multigeneracional) realizado con distintos modelos animales que descartan la posibilidad de que el aspartame, sea responsable de parto prematuro o cualquier otra dificultad reproductiva en futuras madres, asimismo descartó muchas de las otras teorías sobre la toxicidad de este aditivo en relación al cáncer. Distintas versiones publicadas en revistas alertan de manera injustificada los riesgos de su uso, y la población en general no puede determinar la veracidad de la información, es por eso, que es nuestra tarea como profesionales explicar e informar con datos respaldados y comprobados científicamente.
En el caso de aspartame, existe una excepción en personas que nacen con una deficiencia genética conocida como fenilcetonuria (FCU) que los hace intolerantes a la fenilalanina (componente del aspartame). Muchos productos contienen FCU o bien contengan aspartamo deben advertirlo en su etiqueta.
Los endulzantes no calóricos más antiguos son la sacarina y el ciclamato, que datan de la década del 40, Posteriormente llegó al mercado la Sucralosa en 1970, que es estable a ph ácido (es decir, se puede utilizar en preparaciones ácidas) y tolera muy bien el calor, sin modificarse sus propiedades gustativas. Puede utilizarse para cocinar.
El Acesulfame K, tiene como característica su gran poder endulzante inicial, motivo por el cual lo hace elegible para remarcar el sabor dulce de ciertas golosinas como los chicles, y suelen complementarse con Aspartamo, al poseer la cualidad de otorgar el sabor dulce más tardíamente, sosteniendo de alguna manera el dulzor inicial del aspartame. Por este motivo, es posible encontrar esta combinación en distintos productos como latas de durazno en almíbar bajas calorías, postres para preparar caseros (en cajita), gaseosas y distintas golosinas.
Para concluir, algunos ejemplos: para llegar a las dosis máximas diarias recomendadas de aspartamo, deberíamos consumir 80 sobres de edulcorante, o bien, 18 latas de gaseosas light.
En el caso del Acesulfame K, las cantidades máximas serían 25 latas de gaseosas o jugos pero intuyo que en general, la población no alcanza este consumo excesivo.
Para identificar qué edulcorante estamos incorporando, podemos apoyarnos en los colores de los sobres: rosa para la sacarina, amarillo para sucralosa, azul para el aspartamo, y verde para el estevia. Los edulcorantes líquidos, poseen una combinación de sacarina y ciclamato, y reitero, todos son aptos para su consumo, según las guías presentadas en estos trabajos.
Fuente: www.nutricionenlared.com